Más allá de la Gran Muralla, Almería alberga la única estructura humana identificable desde el espacio: una inmensa extensión blanca de 40.000 hectáreas que ha transformado el desierto en la despensa de Europa.
Por Jorge Alonso Curiel
HoyLunes – Durante mucho tiempo se creyó que la Gran Muralla China era la única construcción visible desde el espacio, pero esta afirmación ha sido desmentida por astronautas y expertos. En realidad, lo que se distingue desde la órbita terrestre no son tanto edificios aislados, sino grandes transformaciones del paisaje. En este contexto, España alberga una de las más llamativas: el llamado mar de plástico de Almería, una vasta extensión de invernaderos de 40000 hectáreas que destaca claramente en las imágenes de satélite por su color blanco que refleja la luz solar..
Un paisaje agrícola único en el mundo
Situado en el sureste de la península ibérica, el mar de plástico cubre decenas de miles de hectáreas a lo largo del litoral almeriense. Su característico color blanco, producido por el plástico que cubre los invernaderos, refleja intensamente la luz solar y crea un contraste evidente con el entorno árido que lo rodea. Esta combinación de extensión y reflectancia es lo que permite identificarlo con facilidad desde el espacio.
Este modelo agrícola comenzó a desarrollarse a gran escala a partir de la segunda mitad del siglo XX. En una zona con escasez de lluvias y suelos poco productivos, los agricultores apostaron por la innovación tecnológica para controlar el clima y optimizar el uso del agua. Gracias a ello, Almería se convirtió en uno de los principales proveedores de frutas y hortalizas de Europa, exportando millones de toneladas cada año.
Gran impacto económico
El mar de plástico ha tenido un impacto económico enorme en la provincia, generando empleo y riqueza, y situando a Almería como referente mundial de la agricultura intensiva bajo invernadero. Su importancia es tal que, más allá de su función productiva, se ha convertido en una de las huellas humanas más reconocibles del planeta vistas desde el espacio.
Sin embargo, este éxito también conlleva desafíos. La gestión de residuos plásticos, el consumo de recursos hídricos y las condiciones laborales han sido objeto de debate y de mejoras continuas. En los últimos años se han impulsado programas de reciclaje, técnicas de riego más eficientes y normas más estrictas para avanzar hacia un modelo más sostenible.
Así, el mar de plástico de Almería no es solo una curiosidad visible desde el espacio, sino un símbolo del impacto humano sobre el territorio: una muestra de cómo la innovación puede transformar una región entera y dejar una marca perceptible incluso más allá de la Tierra.
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